pH

11-crw_6777

pH05 paisajes Habitados:

pH paisajes Habitados es una metodología de investigación de unidades territoriales que persigue un desarrollo atento a sus valores paisajísticos mediante la generación de modelos arquitectónicos e instrumentos de planeamiento específicos.
pH es un acercamiento personal e intuitivo a un lugar, a sus gentes y a su cultura, que nos permite abordar una realidad de gran complejidad desde un planteamiento esquemático.
pH funciona como un catalizador de todos los agentes que pueden intervenir sobre el territorio desde distintas disciplinas. Es un punto de partida, un inicio de algo mucho más ambicioso que deberá ir completándose con todas las aportaciones pertinentes. Un largo camino al que se irá invitando a todos los actores implicados en el futuro de la unidad de estudio para intentar encontrar el difícil equilibrio entre paisaje y desarrollo.

Este curso pretende ampliar la experiencia desarrollada por grupo aranea, basada en talleres intensivos de media y corta duración, en un curso extensivo que permita un desarrollo de mayor intensidad de los conceptos planteados en el pH.
En la búsqueda de modelos habitables propios a cada lugar se han definido 6 escalas de intervención, 6 actuaciones con diferente grado de autonomía respecto a los núcleos urbanos existentes, con el fin de abarcar las posibles intervenciones a las que se van a enfrentar gran parte de las unidades territoriales que conforman nuestro paisaje.
Se plantea así un enfoque que nos va a permitir iniciar el estudio de una realidad extremadamente compleja, partiendo de una sencilla estructura que irá ganando en complejidad a medida que avanza el análisis.
Se proponen 6 manipulaciones del paisaje, 6 miradas a diferentes escalas asociadas a 6 proyectos comprometidos con la necesidad de encontrar nuevos espacios para vivir, descansar, ociar y trabajar.
Partiendo del ámbito más urbano las sucesivas miradas van a ir acercándonos a la comprensión de la unidad territorial: regeneración de los nucleos urbanos, definición de remates urbanos, unidades protectoras del paisaje, vivienda paisaje, nuevo núcleo urbano y reconfiguraciones temporales.

1. regeneración urbana

08-img_16531

La primera escala aborda el paisaje desde uno de los elementos antropizados de más impacto, el núcleo urbano en su conjunto, como aglomeración de unidades construidas. La trama de calles y plazas y la acumulación de unidades de vivienda y otros usos públicos y privados responden a un diálogo progresivo y continuo entre el hombre, lo construido y la topografía, el paisaje natural preexistente.
Nos acercamos a esa tradición de diálogo con el paisaje buscando entender sus leyes y su lógica continuación en actuaciones sobre una serie de viviendas de tipología tradicional estratégicamente situadas dentro del casco urbano, que actuarán como catalizadores de una revitalización global del pueblo. Se busca la transformación de la vivienda mediante el acondicionamiento de nuevos espacios donde desarrollar aquellos usos para los que la estructura tradicional no está preparada. En un enfoque que aborda el núcleo como un conjunto unitario, la creación de espacios públicos latentes o desaprovechados completa e hila las intervenciones puntuales.
Este primer modelo puede entrar en crisis en el momento en que la demanda de espacios excede la escala máxima que esta primera estructura admite, derivando en una congestión que sofoca sus mecanismos de evolución interna.

2. remates urbanos

07-planes-4

En la segunda escala buscamos respuesta a un crecimiento ordenado y controlado de los núcleos existentes y a la definición de sus remates y límites. Se exploran intervenciones de conjunto que incluyen unidades edificadas y espacios abiertos.
La singularidad de los asentamientos urbanos tradicionales esta amenazada, el urbanismo actual rara vez se preocupa por definir y cualificar los límites. Su acción incontrolada no está atenta a los bordes de los núcleos habitados, que son a su vez bordes del entorno más natural, principio de un tejido de leyes diferentes. El final entendido como el inicio de un futuro crecimiento, en algunos casos, o como conclusión en otros. El límite como cierre o como puerta completa de acuerdo con la topografía y los accidentes naturales la configuración del núcleo como una unidad, recoge sus calles en conexiones físicas y visuales con el entorno, une y separa, diferencia e integra.
La crisis de este modelo se produciría en el momento en que la dimensión límite del pueblo no responde a la demanda excedente que impulsa su crecimiento, y requiere sobrepasar estos límites.

3. unidades protectoras

09-gayanes-19

Las unidades agrícolas, el principal elemento conformador de nuestro paisaje, han dejado en muchos casos de ser viables y tienden a desaparecer. Los abancalamientos que redibujan nuestros valles van poco a poco abandonándose y sus bancales desmoronándose, la erosión puede acabar con un preciado legado de biodiversidad agrícola.
En la tercera escala planteamos estudiar y definir el número y ubicación estratégicos de estas unidades que permitiría salvaguardar el paisaje existente, actuando como escudos ante una posible urbanización indiscriminada.
Los usos agrícolas tradicionales se pueden combinar con nuevos usos terciarios y de servicios que aumenten su viabilidad económica a la vez que contribuyan a una concienciación y cultura del paisaje agrícola por medio del turismo activo. Se intentan mantener y fomentar en la medida de lo posible las actividades y cultivos originarios. En los casos extremos se mantiene la estructura primaria de los bancales, sustituyendo los cultivos originarios con otros más rentables en este sentido. En ambos casos se actualizan las edificaciones tradicionales adaptándolas a los nuevos usos.
Este modelo entraría en crisis cuando el número de explotaciones agrícolas que se pueden mantener con la actividad originaria combinada con nuevos usos es insuficiente para garantizar la supervivencia del paisaje antropizado que estas han originado, y la superación de ese límite implica la pérdida de su autenticidad: la amenaza del parque temático.

4. vivienda integrada

21-img_8923

En la cuarta escala planteamos por una parte absorber el exceso de demanda sobre los núcleos existentes en un número controlado de unidades aisladas que hagan rentable el mantenimiento del paisaje abancalado allí donde la actividad agrícola resulta inviable económicamente.
La domesticación de las pendientes mediante la creación de nuevas topografías abancaladas es uno de los principales rasgos diferenciadores del paisaje agrícola de montaña. La amenaza vivienda se cruza con el amenazado bancal, engendrando una nueva tipología que pretende ser característica de los valles de la montaña de Alicante. Planteamos unidades residenciales insertadas en los bancales que asuman la tarea de mantener esos márgenes y recuperen la orografía antropizada propia del valle.
Una vez más el planteamiento entra en crisis por exceso, cuando la proporción de unidades aisladas anula el carácter agrícola del paisaje antropizado originario y la dependencia excesiva de infraestructuras acaba provocando un mayor impacto sobre el paisa63je.

5. nuevo núcleo

22-crw_4587

El planteamiento de la escala cinco, aparentemente el más agresivo, entra en juego cuando la demanda de vivienda necesaria para el desarrollo económico del valle no puede ser absorbida por ninguna de las estrategias anteriores. Cualquiera de las urbanizaciones que amenazan la singularidad de este paisaje supera con creces la entidad del pueblo más grande. Antes que eso ocurra planteamos sacar ventaja de esa agrupación mediante una ubicación estratégica y aplicando los criterios y tipologías ensayados en las escalas anteriores.
Asumiendo la inminente invasión urbanística, la concentración de la nueva construcción en un único núcleo urbano totalmente nuevo sería una estrategia que protegería a los restantes pueblos. Las referencias son propiamente urbanas. Buscamos nuevos espacios de relación, nuevos espacios representativos, en esta escala no se trata sólo de construir con elementos propios del paisaje, sino dialogar con él utilizando nuevos argumentos combinados con los criterios de implantación tradicionales.
La crisis de este modelo coincide con la saturación de las posibilidades de desarrollo del valle. Este alcanza el límite máximo de edificación que puede admitir manteniendo sus características paisajísticas originales.

6. intervenciones temporales

30-img_8697

Con la escala seis intentamos llegar de manera más ágil e inmediata allí donde las restantes escalas no llegan tan facilmente.
Cualquiera de los 5 modelos propuestos anteriormente lleva implícito una ocupación temporal de parte del territorio que alimente la obra final que queremos realizar, con diferentes escalas según el grado de intervención final, siendo mínima en el primer modelo y máxima en el quinto.
Esta ocupación temporal necesaria para la realización real de las propuestas es en sí otro proyecto.
Nos preguntamos que arquitectura efímera puede originarse en estos valles alimentándose de sus elementos más característicos. Las actividades temporales asociadas a los ritmos del calendario agrícola nos inspiran a la hora de plantear actividades nuevas que buscan generar una identidad unitaria a través de su itinerancia por este paisaje.
La mayor libertad de vínculos de las intervenciones temporales, su inmediatez y su caducidad se convierten en parámetros directamente manipulables para una arquitectura que establece con el paisaje una relación de reconfiguración limitada en el tiempo y que apenas deja huella, instantánea, fugaz, reversible, insertada en el territorio sin apropiarse de él, sin agotarlo.
La crisis de este último modelo coincide con el agotamiento del paisaje como recurso temporal, como soporte de actividades efímeras. Es el límite máximo de su capacidad de absorción de actividades humanas.